domingo, 11 de enero de 2009

"Los campos del silencio" y la enseñanza de la Historia

escena de "Los campos del silencio"
accedí la foto en: http://www.pce.es/leon/Fotos/Argentina_07/conpreso.JPG

Hace unos meses, al buscar otro vídeo en YouTube, encontré un clip de"Los campos de silencio," un documental de Eloina Terron Bañuelos (arriba, con Vicente, uno de los entrevistados y el último sobreviviente del campo de concentración en Fabero [León]); . Se puede leer un resumen del filme aquí, de blip.tv. Al final de este post he subido el vídeo, disponible en YouTube y en blip.tv (con subtítulos en inglés).
Los campos del silencio

Documental sobre la redención de penas por el trabajo de los presos republicanos en los campos de concentración franquistas tras la guerra civil española.

¿Quién hizo los embalses del Ebro, Entrepeñas, Barrios de Luna y tantos otros? ¿Quiénes reconstruyeron pueblos y ciudades como Belchite, Brunete, Oviedo, Teruel, Toledo, Boadilla del Monte, Sabiñánigo, Figueres, entre muchas otras poblaciones? ¿Quiénes construyeron desde aeropuertos como los de Sondica o Labacolla hasta estadios municipales como los de Valladolid y Palencia, pasando por cárceles como la de Carabanchel o Córdoba y la Clínica psiquiátrica de la Prisión Provincial de Madrid?

Fueron PRESOS REPUBLICANOS condenados, por defender la legalidad democráticamente elegida, a penas que podían redimir trabajando en campos de trabajo forzado.

El documental Los Campos del Silencio trata de recuperar la memoria sobre estos sucesos en la localidad de Fabero del Bierzo (España), donde se instaló un batallón de unos 250 presos republicanos, de 1939 a 1947, para trabajar en la extracción de carbón en las minas.

Indaga sobre el sufrimiento a que se vieron forzados esos hombres y sus familias, e indaga en los mecanismos de construcción social de la inconsciencia colectiva, de ese silencio, miedo y olvido que aún hoy en día se puede sentir en donde ocurrieron los hechos y donde viven los descendientes de muchos de aquellos presos.
Como siempre estoy buscando nuevos textos narrativos o fílmicos para investigar, o para compartir con mis estudiantes, me contacté con Eloina por e-mail (su dirección se encuentra en YouTube) para pedirle un ejemplar del DVD y, a mi sorpresa, me contestó. El DVD me llegó hace unos meses, pero sólo ahora me he puesto a escribir sobre él. Gracias, Eloina, por enviármelo, y por tu respuesta tan rápida y amable.

Aquí me gustaría hablar un poco del documental, y conectarlo con un artículo que leí recientemente, "The Spanish Civil War and the Franco Dictatorship: the Challenge of Representing a Conflictive Past in Secondary Schools," de Rafael Valls (en Teaching the Violent Past. History Education and Reconciliation). Valls es profesor de Estudios Sociales en la Universitat de València y ha publicado sobre temas como los libros de texto, y la didáctica de la historia. Elizabeth A. Cole es la editora del libro, y la que tradujo el artículo de Valls.

Dicho artículo se nos presenta con un resumen de los manuales escolares de historia del franquismo, durante la transición a la democracia (1975-1985) y en la época contemporánea (1990-2003). Específicamente, el autor analiza la representación de la historia en los libros de texto, enfocándose en el tratamiento de la II República, la Guerra Civil y la dictadura (156). Para Valls, la didáctica de la historia en España ha evolucionado mucho, sobre todo en los últimos 15 años. Aún así, Valls cree que hay varios elementos que se pueden mejorar -- entre ellos, el tema de la reconciliación y la amnistía: "The processes of amnesty and legal reconciliation are almost entirely absent with regard to the living, and completely absent with regard to recognition and commemoration of those who are dead" (168). Reconoce los desafíos de incluir tal información en una industria (la que edita y produce libros de texto, y sobre todo de historia) temerosa a veces de incluir temas controvertidos: "Secondary-school textbooks, especially of history, are edited from a perspective in which a conservative sense of communal feeling and conception of national identity predominate. More innovative historiographic contributions win a place in textbooks only when they have achieved a very high degree of scholarly acknowledgment" (169).

Sin duda, el estudio de los libros de texto ofrece una perspectiva absolutamente necesaria en cualquier sociedad (ahora en Estados Unidos se está hablando mucho de cómo algunos políticos - George W. Bush, entre ellos - intentan escribir su propia versión de la historia, e incluso ya han empezado a re-escribir los últimos ocho años), si se piensa que lo que aprenden los alumnos es lo que terminará formando el terreno político y componiendo la identidad nacional. No creo que sea una exageración hablar así de los efectos duraderos de educarse con información ausente, manipulada o equivocada. Por mi parte me preocupa mucho cómo se representa y se representará el 11-S. ¿Cómo se forman recuerdos de un acontecimiento histórico trágico, y tan susceptible a la manipulación política? Es esta memoria la que contribuirá al conocimiento - o la falta del mismo - del pasado, y la que influirá directa o indirectamente las decisiones políticas que se toman.

Para Valls, otro reto por superar en la enseñanza de la historia en España es la formación de los profesores: "an important part of the Spanish teaching community, at both the university and secondary-school levels, believes that historical consciousness is basically knowledge of political processes and prominent actors, rather than a social science in which the lives of ordinary people, their sufferings and their joys, their daily lives, hopes, and despairs, occupy the lead position" (170). Valls señala una formación en la historiografía clásica, la que enfatiza la historia política e institucional. Estas observaciones son precisamente lo que me hicieron pensar en el documental de Eloina Terron Bañuelos.

En "Los campos del silencio" se puede ver una preocupación evidente de la directora por recuperar los testimonios orales de los que entrevista. Pero por otro lado es igual de admirable el intento por inculcar en los jóvenes una conciencia de su propio pasado. Mientras que gran parte del documental consiste en entrevistas y excursiones a lugares de memoria como viejas minas donde hacían trabajo forzoso los presos políticos del franquismo (muchas veces, sin pago o con un sueldo mínimo), otras escenas tienen lugar en la sala de clase, con profesores de historia.

A través del filme, una de las imágenes que vuelve a aparecer es la de la nieve, cayendo con fuerza sobre un camino vacío de gente. Como indica el título, los espectadores muchas veces podemos percibir el silencio ensordecedor, que contrasta mucho con los testimonios recogidos por Terron Bañuelos. Es este camino nevado que, al final del documental, se llena de los jóvenes que van en busca de la historia que los rodea -- la historia del campo de concentración que se mantuvo durante muchos años, antes que cualquier uno de ellos hubiera nacido.

Esta "historia viva" es, para mí, imprescindible en ayudar a que nuestros estudiantes -- en cualquier contexto -- aprecien el impacto del pasado en el presente. En mi experiencia, demasiados estudiantes tienden a ver la historia como algo muerta. Incluso hay un cinismo sobre estudiarla, porque "todo se repite," como me comentó un estudiante este semestre pasado. Pero si se puede entender la historia cómo algo viva, se ve que no existe en una esfera separada del presente, sino que impacta las decisiones políticas que tomamos, y la manera en que narramos nuestra experiencia como seres humanos, y como ciudadanos no sólo de nuestros propios países, sino del mundo.

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